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Estamos inmerosos en la segunda ola de calor del verano que puede prolongarse hasta la semana que viene. Para combatir estas altas temperaturas, una buena opción es encerrarse en casa con el aire acondicionado, sin embargo esto se complica cuando tenemos niños pequeños o en el caso de los adolescentes, que prefieren pasar estos días de bochorno intenso remojados en el agua de la piscina o las playas.
Junto al calor, también aumentan el nivel de las radiaciones solares, por lo que desde el COOCV se recomienda exrtremar las precauciones para proteger el sistema visual de todas las personas, pero con especial atención a los más jóvenes.
Así que igual que les ponemos crema protectora para la piel, debemos acostumbrarlos a utilizar gafas de sol homologadas para cuidar sus ojos de las radiaciones ultravioletas e infrarrojas, ya que a estas edades todavía no tienen completamente formado el cristalino, que es la protección natural que tenemos para proteger nuestro sistema visual.
Es fundamental que las gafas y las lentes sean de buena calidad, ya que de lo contrario los cristales oscuros provocan que se abra la pupila y entren libremente las radiaciones solares, desembocando a medio y largo plazo en lesiones de retina o en cataratas prematuras.
Para garantizar esta protección, la mejor opción es acudir a un establecimiento sanitario de óptica para adquirir unas gafas de calidad y adaptadas a las necesidades de niños y adolescentes gracias al consejo sanitario y profesional del óptico-optometrista.