El uso generalizado de mascarillas es una medida necesaria para evitar contagios y ganar la batalla contra el coronavirus. No obstante, está generando importantes problemas de comunicación, especialmente para aquellos que tienen gran pérdida auditiva, ya que la mascarilla les impide leer los labios de su interlocutor. “Este es un recurso que ya no pueden utilizar para compensar la falta de audición y poder entender lo que dicen las personas con las que se relacionan”, señala Vicente Montalvá, Audioprotesista y miembro de la Vocalía de Audiología del Colegio de Ópticos-Optometristas de la Comunitat Valenciana (COOCV)
Conscientes de este problema, desde el COOCV ha puesto a disposición de sus colegiados, unas mascarillas especiales que incorporan una ventana transparente que permite ver la boca del portador.
En la actualidad, existen numerosos establecimientos sanitarios de óptica que cuentan con gabinetes de audiología a los que habitualmente recurren personas con problemas auditivos. Por este motivo, las mascarillas son especialmente útiles para aquellos ópticos-optometristas que ejercen también como audioprotesistas. “Era una herramienta de trabajo que necesitábamos para ofrecer una mejor atención a nuestros pacientes con problemas de audición y cumplir con la obligación de llevar la mascarilla para evitar contagios”, explica Vicente Motalvá.
El COOCV ha accedido a estas mascarillas gracias a la Fundación Córdoba Inclusiva COCEMFE (Federación de Asociaciones de Personas con Discapacidad Física y Orgánica). Los ópticos-optometristas que ya tienen las mascarillas en sus establecimientos, han realizado donaciones para colaborar con la importante labor social que desarrolla la Fundación Córdoba Inclusiva con las personas que sufren problemas de pérdida de audición severa. Una discapacidad que provoca numerosos casos de aislamiento social entre las personas que la sufren.