LA MEJOR FORMA DE LIMPIARTE LOS OÍDOS

La mejor forma de limpiarse los oídos es “no limpiarse los oídos”, se limpian solos. El cerumen es necesario e imprescindible como protector natural del oído.
Al mover la mandíbula, al hablar o masticar, el cerumen se desplaza desde el interior del oído al exterior, de esta forma cuando llega al pabellón auditivo, lo podemos retirar con un simple pañuelo de papel.

Nunca debemos utilizar los famosos bastoncillos para los oídos, su uso solo nos va a producir problemas. El primero es el aumento de posibilidades de provocar un tapón, ya que aunque pensemos que con su uso estamos retirando la cera, lo que hacemos realmente es empujarla hacia el fondo del conducto auditivo. Con su utilización también irritamos el conducto, elimamos la capa de cera necesaria para una buena lubricación y protección del epitelio, además se incrementa el riesgo de perforar el tímpano, causando dolor, sangrado y pérdida de audición.
También es importante tener en cuenta el impacto que tienen los bastoncillos sobre el medioambiente, ya que necesitan 300 años para degradarse.

(Artículo elaborado por los miembros de la Vocalia de Audioprótesis del COOCV).

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